La Reflexión N.º 217. Se titula: La rebeldía del ser humano. Primera parte.






La Reflexión N.º 217. Se titula: La rebeldía del ser humano. Primera parte.
Estimado lector: hoy comparto la causa principal de la no aceptación a la guía del Señor Jesucristo, y esto se llama: rebeldía.
Si bien todos sabemos que la humanidad cayó en desgracia por la desobediencia de nuestros primeros padres Adán y Eva, según el libro de: “ Génesis 3:17
Y al hombre dijo: Por cuanto obedeciste a la voz de tu mujer, y comiste del árbol que te mandé diciendo: No comerás de él; maldita será la tierra por tu causa; con dolor comerás de ella todos los días de tu vida.” Todos tenemos la gran oportunidad de restablecer la comunicación con nuestro creador, y esto es: aceptando al Señor Jesucristo en nuestros corazones, arrepintiéndonos sinceramente de todos nuestros pecados, abrazando el sacrificio de la cruz del Calvario, pues así lo confirma: “ San Juan 3:16 . De tal manera amó Dios al mundo.
Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.”
El tema de la rebeldía es tremendo, pues es lo que bloquea todas las bendiciones del Señor, ya que todos tenemos libre albedrío, y nosotros mismos o estamos inmersos en un mar de problemas, o estaremos bendecidos. Todo depende siempre de nosotros mismos.
En el Antiguo Testamento hay muchas citas bíblicas de rebeldías. En esta oportunidad transcribiré versículos del Libro de Deuteronomio capítulo 1, en el que Moisés, siervo de Dios,le reprochó al pueblo su rebeldía, incluso él mismo, por no haber obedecido a la voz de Jehová Dios, no se le permitió entrar a la tierra prometida, esto es Canaan. Esta tierra prometida era el objetivo del pueblo israelita. El Señor les había asegurado que la iban a poseer. Solo tenían que creer y avanzar, habría luchas, mas estarían seguros de la victoria porque Jehová Dios pelearía por ellos, y de no obedecer la palabra del Señor habría consecuencias nada buenas.
“ Deuteronomio 1-8. Moisés recuerda a Israel las promesas de Jehová en Horeb.
1 Estas son las palabras que habló Moisés a todo Israel a este lado del Jordán en el desierto, en el Arabá frente al mar Rojo, entre Parán, Tofel, Labán. Hazerot y Dizahab.
2 Once jornadas hay desde Horeb, camino del monte de Seir, hasta Cadesbarnea.
3 Y aconteció que a los cuarenta años, en el mes undécimo, el primero del mes, Moisés habló a los hijos de Israel conforme a todas las cosas que Jehová le había mandado a cerca de ellos,
4 Después que derrotó a Sehón rey de los Amorreos, el cual habitaba en Hesbón, y a Og rey de Basán que habitaba en Astarot en Edrei.
5 De este lado del Jordán, en tierra de Moab, resolvió Moisés declarar esta ley, diciendo:
6 Jehová nuestro Dios nos habló en Horeb, diciendo: Habéis estado bastante tiempo en el monte.
7 Volveos e id al monte del amorreo y a todas sus comarcas, en el Arabá, en el monte, en los valles, en el Neguev, y junto a la costa del mar, a la tierra del cananeo, y al Líbano, hasta el gran río, el río Eufrates.
8 Mirad, yo os he entregado la tierra; entrad y poseed la tierra que Jehová juró a vuestros padres Abraham, Isaac y Jacob, que les daría a ellos y a su descendencia después de ellos.
Seguidamente expondré versículos que hablan de la misión de los espías que fueron a reconocer la tierra prometida, que fue el pedido del pueblo a Moisés . “ Deuteronomio 1 23-33
23 Y el dicho me pareció bien; y tomé doce varones de entre vosotros, un varón por cada tribu.
24 Y se encaminaron y subieron al monte, y llegaron hasta el valle de Escol, y reconocieron la tierra.
25 Y tomaron en sus manos del fruto de país, y nos lo trajeron, y dijeron: Es buena la tierra que Jehová nuestro Dios nos da.
26 Si embargo, no quisisteis subir, antes fuisteis rebeldes al mandato de Jehová vuestro Dios,
Continuaremos en la Reflexión N.º 128.