La Reflexión Nº 141. Se titula: Nuestro Ego.





La Reflexión Nº 141. Se titula: Nuestro Ego.
Estimado lector: la semántica de esta palabra , que es de origen del latino, significa: YO, o sea que es la esencia de nuestro ser, es nuestro ser espiritual, el cual es igual a nosotros mismos externamente. Todos los defectos o virtudes están plasmados en ese Yo. Muchas personas aceptan al Señor Jesucristo y su vida comienza a cambiar, mas es a través de la meditación que podemos descubrir que ese Ego se asemeje a un árbol flexible lleno de frutos que son: defectos, maldades, egoísmos, falta de amor y muchos  más. Al ver claramente esos malos frutos, tenemos que seguir arrepintiéndonos y pedir al Señor Jesucristo, la fortaleza para vencer y de esa manera todos esos malos frutos serán cambiados en frutos buenos, serán frutos de arrepentimiento sincero, a través del Espíritu Santo del Señor.
Dice la Santa Biblia en : “ Gálatas 5:22-24  
22 Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo , paz, paciencia, benignidad ,bondad, fe,
23 mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley.
24 Pero los que son de Cristo han crucificado la carne con sus pasiones y deseos.”
El calibre perfecto para ver en nosotros y en los demás, si estamos realmente bien, lo dijo nuestro Señor Jesucristo en “ San Lucas 6: 43-45
43 No es buen árbol el que da malos frutos, ni árbol malo el que da buen fruto.
44 Porque cada árbol se conoce por su fruto; pues no se cosechan higos de los espinos, ni de las zarzas se vendimian uvas.
45 El hombre bueno, del buen tesoro de su corazón saca lo bueno; y el hombre malo, del mal tesoro de su corazón saca lo malo; porque de la abundancia del corazón habla la boca.”
Estimado: si usted ve que no tiene frutos buenos o le falta cambiar algunos, medite y sincérese con nuestro Señor y logrará ese cambio tan maravilloso. Sobre todo pidamos que el amor del Señor reine en nuestros corazones, como dice” Efesios 5:2
Y andad en amor, como también Cristo nos amó, y se entregó a si mismo por nosotros, ofrenda y sacrificio a Dios en olor fragante.” 
Así podremos llevar este fruto, que es el máximo, en nuestros corazones a donde quiera que vayamos y todos tenemos que adquirirlo para poder ganar el reino de los cielos. Que el Señor lo bendiga abundantemente. Un amigo en el Señor.
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